Sonntag, November 12, 2006

Los Cuadernos de Don Rigoberto




Un sueño de noveau riche...




Te invitaré una semana a la Modesto, casi cursi, pero lleno de romance:

Nos encontraremos un 15 de septiembre en el aeropuerto Kennedy, de New York, tú procedente de Viena en un vuelo de Lufthansa, y yo de Stuttgart.
Una limousine nos llevará a la suite del "Plaza Hotel" , NYC ...Por supuesto  ya reservada, con, incluso la  indicación de las flores amarillas que deben ser perfumadas y el frio espumante  champagna de bienvenida  por tomar.
Tendrás tiempo para descansar, encontrate conmigo en tu cuarto o el mio  despues trotar por el parque Central,  ir a la peluquería latina,
tomar un sauna o hacer compras en la Quinta Avenida, literalmente a tus pies .
Como tu quieras  pasar la tarde..

Esa noche tenemos localidades en el Metropolitan para ver "Tosca"  de Puccini, con Luciano Pavarotti de Mario Cavaradossi y la Orquesta Sinfónica del Metropolitan dirigida por el maestro Edouardo Muller.
Cenaremos en Le Cirque, donde, con suerte, podrás codearte con Mick Jagger, Clooney, Sharon Stone, etc..
Terminaremos la velada en el bullicio de la discoteca  Regine's bailando al final lentisimo cheek to cheek.

La Air Fance a París sale el domingo al mediodía, podras asi descansar, no habrá necesidad de madrugar para llegar al areopuerto.
Como el vuelo dura apenas 5 horas y media -inadvertidas, por lo visto, gracias a las exquisiteces del almuerzo recetado por Paul Bocusse- llegaremos a la Ciudad Luz de día.
Apenas instalados en el Ritz (vista a la Place Vendôme garantizada) habrá tiempo para un paseo por los puentes del Sena, aprovechando las tibias noches de principios de otoño, las mejores según los entendidos, siempre que no llueva, tomandonos una copa en algún sitio de antojo.

Ya hemos estado en Paris. Pero  nunca he caminado esa parte  en París y espero que tú tampoco, de modo que, en esa caminata vespertina desde el Ritz hasta Saint-Germain, descubramos juntos lo que, por lo visto, es un itinerario para recordar viendolo con tus ojos, como ha sido ya el bosque  para mi, los rios, el Sushi, etc...
En la orilla izquierda (La parte "Este" parisino, para entendernos) nos aguarda, en la abadía de Saint-Germain des Prés, el inconcluso Réquiem de Mozart y una cena donde Chez Lipp, brasserie alsaciana donde es obligatoria la choucroute (yo sé lo que es, seguro tu igual, no tiene ajo, te gustará, jajaja).

He supuesto que, terminada la cena, querrás, descansar para emprender, fresquita de cuerpo y mente, la intensa jornada del lunes, de modo que esa noche no atollan el programa discoteca, bar, boîte ni antro del amanecer.

A la mañana siguiente pasaremos por el Louvre a presentar nuestros respetos a la Gioconda.
Almorzaremos ligero en La Closerie de Lilas o La Coupole (reverenciados restaurantes snobs de Montparnasse), una zona que ya conoces conmigo, espero que nuestros corazones latan igual que aquella vez comiendo  coreano.
En la tarde nos daremos un baño de vanguardia en el Centre Pompidou con algo de cultura  y echaremos una ojeada al barrio Marais, famoso por sus palacios del siglo XVIII y sus maricas contemporáneas.
Tomaremos té en La Marquise de Sévigné, cerca de La Madelaine, antes de ir a reparar fuerzas con una ducha en el Hotel.

El programa de la noche es francamente frívolo: Aperitivo en el mismo  Bar del Ritz, cena en el decorado modernista de Maxim's y fin de fiesta en la catedral del striptease: el Crazy Horse Saloon, que estrena su nueva revista "Qué calor!". (Las entradas están adquiridas, las mesas reservadas y maîtres y porteros sobornados para asegurar los mejores sitios, mesas y atención para nosotros dos).

Una limousine, menos espectacular pero más refinada que la de New York, con chofer y guía, nos llevará la mañana del martes a Versalles, a conocer el palacio y los jardines del Rey Sol.Un tocayo tuyo...
Comeremos algo típico (bistec con papas fritas, á la Parisienne) en un bistrot del camino, y antes de la Opera ,Otelo, de Verdi, con Plácido Domingo, por supuesto, tendrás tiempo para compras de ropa adecuada  en el Faubourg Saint- Honoré, vecino al Hotel.
Haremos un simulacro de cena, por razones meramente visuales y sociológicas, en el mismo Ritz, donde -expertos dixit- la suntuosidad del marco y la finura del servicio compensan lo inimaginativo del menú.
La verdadera cena la tendremos después de la ópera, en La Tour d'Argent, desde cuyas ventanas nos despediremos de las torres de Notre Dame y de las luces de los puentes reflejadas en las discursivas aguas del Sena.

El Orient Express a Venecia sale el miércoles al mediodía, de la gare Saint Lazare. Otro sitio  que emblema  tiempos felices contigo. Viajando , contandonos  ocurrencias y descansando pasaremos ese día y la noche siguiente pero, según quienes han protagonizado dicha aventura ferrocarrilera, recorrer en esos camarotes belle époque la geografía de Francia, Alemania, Austria, Suiza e Italia, es relajante y propedéutico, excita sin fatigar, entusiasma sin enloquecer y divierte hasta por razones de arqueología, debido al gusto con que ha sido resucitada la elegancia de los camarotes, aseos, bares y comedores de ese mítico tren, escenario de tantas novelas y películas de la entreguerra.
Ademas tu y yo sabemos entretenernos con cariños y besos cualquier momento que tenemos a disposición, nuestras fantasias son tan generosas.
Llevaré conmigo la novela de Agatha Christie, Muerte en el Orient Express, en versión alemana, inglesa y española, por si se te antoja echarle una ojeada en los escenarios de la acción. Según el programa, para la cena aux chandelles de esa noche, la etiqueta y los largos escotes son de rigor.

 Tu con tus ojos  a la luz de vela, con una copa en  la mano,  ya es una fiesta, qué emoción  todo tú celebra mis sentidos ... para  cortarse las venas,  como sueles decir...
La suite del Hotel Cipriani, en la isla de la Giudecca, tiene vista sobre el Gran Canal, la Plaza de San Marco y las bizantinas y embarazadas torres de su iglesia. He contratado una góndola y al que la agencia considera el guía más preparado (y el único amable) de la ciudad lacustre, para que en la mañana y tarde del jueves nos familiarice con las iglesias, plazas, conventos, puentes y museos, con un corto intervalo al mediodía para un tentempié -una pizza,  por ejemplo- rodeados de palomas y turistas, en la terraza del Florian.

Tomaremos el aperitivo -una pócima inevitable llamada Bellini- en el Hotel Danielli y cenaremos en el Harry's Bar, inmortalizado por una novela de Hemingway.
La noche la terminaremos en el Jacuzzi del Suite, con una botella de Champagna, el resto  queda abierto a tu disposición y tus fantasias que querras vivir.
El viernes continuaremos la maratón, diferente a lo que conoces... con una visita a la playa del Lido y una excursión a Murano, donde todavía se modela el vidrio estilo Kitsch,  a soplidos humanos (técnica que rescata la tradición y robustece los pulmones de los empleados, felices sus mujeres). Habrá tiempo para souvenirs y echar una mirada furtiva a una villa de Palladio.
En la noche, concierto en la islita de San Giorgio -I Musici Veneti- con piezas dedicadas a barrocos venecianos, claro: Vivaldi, Cimarosa y Albinoni. Lo que conoces de los
 Cd´s  te hara reir...
La cena será en la terraza del Danielli, divisando, noche sin nubes mediante, los faroles de la romantica Venecia. Nos despediremos de la ciudad y del Viejo Continente, querida Mujer, siempre que el cuerpo lo permita, rodeados de modernidad, en la discoteca Il gatto nero, que imanta a viejos, maduros y jóvenes adictos al jazz (yo no le he sido nunca y tú tampoco, pero uno de los requisitos de esta semana ideal es hacer lo nunca hecho, sometidos a las servidumbres de la mundanidad y a lo mejor nos  encontramos con una u otra melodia conocida como "just you and me"  de G.Washington).
A la mañana siguiente -séptimo día, la palabra fin ya en el horizonte- habrá que madrugar.
O hacemos el amor hasta el momento o ponemos el despertador...

El avión a París sale a las diez, para alcanzar el de regreso a Colonia. Sobre los Alpes, cotejaremos las imágenes y sensaciones almacenadas en la memoria a fin de elegir las más dignas de durar.

Nos despediremos en Paris Airport (tu vuelo a Viena con Air Austria y el mío son casi simultáneos) para, sin duda, no vernos más.
Dudo que nuestros destinos vuelvan a cruzarse.

¿Vendrás en ese viaje conmigo? Tu pasaje te espera en las oficinas de Lufthansa. No necesitas contestarme. Yo estaré de todos modos el 15 en el lugar de la cita.
No tendremos celulares, ni computadoras en el equipaje..
Tu presencia o ausencia será la respuesta.

Si no vienes, cumpliré con el programa, solo, fantaseando que estás conmigo, haciendo real ese capricho con el que me he consolado tanto estos años, pensando en una mujer que, pese a las circunstancias y razones  que cambiaron nuestros rumbos, seguirá siendo siempre el corazón de mi memoria, la que más quiero..
¿Necesito precisarte que ésta es una invitación a que me honres con tu compañía y que ella no implica otra obligación que acompañarme?
De ningún modo te pido que, en esos días del viaje -no sé de qué eufemismo valerme para decirlo- compartas mi lecho.
Queridísima Mujer: Sólo aspiro a que compartas mi sueño.
Las suites reservadas en New York, París y Venecia tienen cuartos separados con llaves y cerrojos, a los que, si lo exigen tus escrúpulos, puedo añadir puñales, hachas, revólveres y hasta guardaespaldas.
Pero, sabes que nada de eso hará falta, y que, en esa semana, el buen Modesto, el Pluto como me apodaban en Caracas, será tan cariñoso contigo como tu lo quieras  y deseas. 
Como hace años, cuando trataba de convencerme de que lo nuestro tiene  futuro y apenas si me atrevía a pensar que lo lograría no pensando tanto y viviendo el momento sin preguntar por un por qué.

Hasta el aeropuerto de Kennedy o hasta nunca, MiSol
Tu Modesto planeta Pluto



 

Keine Kommentare: